Hoy, 15 de septiembre, la Iglesia celebra Nuestra Señora de los Dolores. Traigo aquí unas palabras del Papa Francisco pronunciadas en Santa Marta el 12 de septiembre de 2013, recogidas por la agencia Zenit.
Master of the Half Lengths: Los siete dolores de la Virgen. Museo Nacional de Arte de Cataluña. |
“La
humanidad sufriente" de Jesús y la "dulzura" de
María. Estos son los dos "polos" que el cristiano debe
observar para vivir lo que pide el Evangelio.
El
Evangelio es exigente, le pide "cosas fuertes" a un
cristiano:
la capacidad de perdonar, la magnanimidad, el amor a los enemigos...
Sólo hay una manera de ser capaz de ponerlo en práctica: "meditar
en la Pasión, la humanidad de Jesús” e imitar el comportamiento
de su Madre.
"Necesitamos
hoy de la dulzura de la Virgen para entender estas cosas que Jesús
nos pide,
¿verdad? Debido a que esta son cosas no fáciles de vivir.
Amen
a sus enemigos, hagan el bien, presten sin esperar nada... Si alguien
te pega en una mejilla, preséntale también la otra, a quien toma tu
manto no le niegues la túnica... Son cosas fuertes, ¿no? Pero todo
esto, a su manera, fue experimentado por la Virgen María: es la
gracia de la mansedumbre, la gracia de la apacibilidad".
Incluso san
Pablo, en su Carta a los Colosenses de la liturgia del día, invita a
los
cristianos a revestirse de "sentimientos de ternura, de
bondad, de humildad, de mansedumbre",
de tolerancia y perdón mutuo. Y aquí, comentó el papa Francisco,
"nuestra pregunta brota de inmediato: pero, ¿cómo puedo hacer
esto?, ¿cómo me preparo para hacerlo?, ¿qué debo estudiar para
hacer esto?". La respuesta, dijo el papa, "es
clara":"Nosotros,
con nuestro esfuerzo, no podemos hacerlo. Solamente una gracia puede
hacerlo en nosotros".
Y esta gracia, agregó, pasa a través de un camino preciso:
Nuestra Señora de la Angustias. |
"Piensa
sólo en Jesús, si nuestro corazón, si nuestra mente está con
Jesús -el ganador, aquel que ha vencido a la muerte, el pecado, al
diablo, a todo- podremos
hacer esto que el mismo Jesús nos pide y que nos lo pide el apóstol
Pablo: la mansedumbre, la humildad, la bondad, la ternura, la
dulzura, la magnanimidad. Si
no miramos a Jesús, si no estamos con Jesús no podemos hacer esto.
Es una gracia, es la gracia que proviene de la contemplación de
Jesús".
En
particular, dijo el santo padre, hay
un aspecto particular de la vida de Jesús a la que debe dirigirse la
contemplación del cristiano: su Pasión, su "humanidad
sufriente" Y
surayó: "Es así que a partir de la contemplación de Jesús,
de nuestra vida escondida con Jesús en Dios, que podemos llevar
adelante estas actitudes, estas virtudes que el Señor nos pide. No
hay otra manera".
Para
perdonar, contempla el sufrimiento de Jesús. Para no odiar a tu
prójimo contempla el sufrimiento de Jesús. Para no hablar mal
contra el vecino, contempla el sufrimiento de Jesús.
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