martes, 14 de mayo de 2013

María

Doménico Theotocópoulos, "El Greco", (1541-1614). Detalle de La Sagrada Familia con santa Ana.

Nuestra Madre es modelo de correspondencia a la gracia y, al contemplar su vida, el Señor nos dará luz para que sepamos divinizar nuestra existencia ordinaria. A lo largo del año, cuando celebramos las fiestas marianas, y en bastantes momentos de cada jornada corriente, los cristianos pensamos muchas veces en la Virgen. Si aprovechamos esos instantes, imaginando cómo se conduciría Nuestra Madre en las tareas que nosotros hemos de realizar, poco a poco iremos aprendiendo: y acabaremos pareciéndonos a Ella, como los hijos se parecen a su madre. 

San Josemaría, Es Cristo que pasa, 173.

Doménico Theotocópoulos, "El Greco", (1541 – 1614): Sagrada Familia. En depósito Museo Santa Cruz. Iglesia de santa Leocadia, Toledo.

Madre nuestra, tú has traído a la tierra a Jesús, que nos revela el amor de nuestro Padre Dios; ayúdanos a reconocerlo, en medio de los afanes de cada día; remueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad, para que sepamos escuchar la voz de Dios, el impulso de la gracia. 

San Josemaría, Es Cristo que pasa, 174

Doménico Theotocópoulos, "El Greco", (1541 – 1614): Inmaculada Concepción. Museo Thyssen.

3 comentarios:

  1. Cuanto nos puede ayudar y podemos aprender de nuestra Madre, La Virgen Maria, el mejor camino para llegar a Dios. Un post muy bonito. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El camino más rápido y seguro, sí señor.
      Gracias, releante.

      Eliminar
  2. El mejor camino para llegar a Dios. Preciosos textos de san Josemaría.

    Gracias por compartirlos.

    Un beso.

    ResponderEliminar