viernes, 31 de mayo de 2013

Como lo había prometido


Acaba el mes de mayo con la celebración de la Visitación de la Virgen. No deja de conmover esta actitud de María: la Madre de Dios se olvida de sí para ir a ayudar a su prima Isabel. Toda una lección: "servir, por amor, es reinar".

Dorothy Webster Hawksley, (1884-1970): Visitación de María a su prima Isabel

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.


Desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.


Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.


Auxilia a su pueblo
acordándose de la misericordia

―como lo había prometido a nuestros padres―

en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

(Lucas I, 46-55)

Jacques Daret: La Visitación, 1435. Staatliche Museen, Berlín.

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