sábado, 29 de septiembre de 2012

San Miguel, san Gabriel y san Rafael

Hoy celebramos la fiesta de los tres Arcángeles que nombra la Sagrada Escritura
La palabra arcángel significa "principal entre los ángeles".

San Miguel 

Este nombre significa: "¿Quién como Dios?"
Se le nombra tres veces en la Biblia:
1. En el capítulo 12 del libro de Daniel:  
"Al final de los tiempos aparecerá Miguel, al gran Príncipe que defiende a los hijos del pueblo de Dios. Y entonces los muertos resucitarán. Los que hicieron el bien, para la Vida Eterna, y los que hicieron el mal, para el horror eterno". 
 2. En el capítulo 12 del Libro del Apocalipsis:
"Hubo una gran batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles combatieron contra satanás y los suyos, que fueron derrotados, y no hubo lugar para ellos en el cielo, y fue arrojada la serpiente antigua, el diablo, el seductor del mundo. ¡Ay de la tierra y del mar, porque el diablo ha bajado a vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo!". 
 3. En la Carta de San Judas Tadeo
"El Arcángel San Miguel cuando se le enfrentó al diablo le dijo: ‘Qué te castigue el Señor’".
Por eso a San Miguel lo pintan atacando a la serpiente que representa al demonio. 

San Gabriel 

Bouguereau: La Anunciación
Su nombre significa: "Dios es mi protector".
Él fue el que le anunció al profeta Daniel el tiempo en el que iba a llegar el Redentor. Dice así el profeta: 
"Se me apareció Gabriel de parte de Dios y me dijo: dentro de setenta semanas de años (o sea 490 años) aparecerá el Santo de los Santos".
 Al Arcángel San Gabriel se le confió la misión más alta que jamás se le haya confiado a criatura alguna: anunciar la encarnación del Hijo de Dios.
Su carta de presentación cuando se le apareció a Zacarías para anunciarle que iba a tener por hijo a Juan Bautista fue esta:
"Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios". (Luc. 1, 19). 

San Lucas dice:  
"Fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, a una virgen llamada María, y llegando junto a ella, le dijo: ‘Salve María, llena de gracia, el Señor está contigo’. Ella se turbó al oír aquel saludo, pero el ángel le dijo: ‘No temas María, porque has hallado gracia delante de Dios. Vas a concebir un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será Hijo del Altísimo y su Reino no tendrá fin’". 

San Gabriel es el patrono de las comunicaciones y de los comunicadores, porque trajo al mundo la más bella noticia: que el Hijo de Dios se hacía hombre.
San Rafael 

Su nombre significa: "Medicina de Dios"
Bouguereau: La despedida de Tobías (1860)
Fue el arcángel enviado por Dios para quitarle la ceguera a Tobías a quien, para probar su paciencia, le había quitado la vista y la hacienda. Al propio tiempo, Rafael auxilió a una doncella llamada Sara, que, casada siete veces, no pudo ver llegar hasta ella sus maridos, porque un demonio se los mataba.
El Arcángel San Rafael, apareciéndose en forma de un gallardo joven al anciano Tobías, ofrecióse a acompañar a su hijo a cobrar cierta cantidad de dinero. En el camino, lavándose el joven Tobías los pies, vio que salía a él un gran pescado, y, habiéndole cogido y desentrañado, guardó la hiel, hígado y corazón. Aconsejado por el ángel, lanzó Tobías al demonio del aposento de Sara con el hígado del pescado, y después se casó con ella. Regresando a casa de su padre, le dio vista con la hiel del mismo pescado.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Para qué sirve la religión


Por Juan Moya en Análisis Digital

Quizás no sea necesario escribir estas líneas, porque para una gran mayoría de  personas está bastante clara la respuesta. Las escribo pensando más bien en aquellos para los que no está tan clara, o piensan que la religión no aporta nada, o incluso puede ser algo negativo.

La religión, y concretamente la religión cristiana, parte del reconocimiento de la existencia de Dios, y por tanto de la necesidad de orientar su vida hacia Él. Esto significa que el cristiano sabe que está en el mundo para cumplir la voluntad de Dios, y de este modo ser feliz, hacer felices a los demás y poder alcanzar el cielo: el sumo Bien, sin mezcla de mal alguno, y para siempre.

La persona que parte de este principio básico sabe que cumplir la voluntad de Dios implica cumplir bien sus deberes familiares, profesionales, etc., que son una parte importantísima de lo que Dios espera de él. Este es sin duda un motivo fuerte con el que cuenta el cristiano para dar a su vida un sentido de servicio a los demás.
Indudablemente este empeño tiene que llevar consigo actuar con rectitud de intención, buscando sinceramente la verdad y el bien de todos, sin dejarse llevar de intereses menos nobles, sin ceder a presiones que tal vez podrían reportarle beneficios materiales pero que si es a costa de lesionar la justicia, derechos de terceros u otros principios morales no le interesarán.

Es cierto que este comportamiento es propio de toda persona honrada, íntegra, sin necesidad de acudir a razones o motivos espirituales. Pero también es igualmente cierto que junto a razones de “hombría de bien” comunes a todos, las razones espirituales son un refuerzo de esas convicciones humanas. El actuar “de cara a Dios” y no sólo de “cara a los hombres” refuerza el empeño en portarse bien, en hacer lo que se debe hacer, independientemente de lo que hagan otros, o de lo que sea más cómodo o de lo que me pueda beneficiar económicamente, políticamente, etc.

El creyente sabe que su vida de fe no puede ser algo al margen de su vida diaria, en su casa, en su trabajo, en sus obligaciones sociales… Su fe debe iluminar su quehacer diario, para en ese lugar y en esa tarea portarse con un buen creyente, como un buen cristiano. No sería un buen cristiano si no fuera un buen profesional, si no fuera una persona íntegra, ejemplar, servicial, competente, amable…, si no tratara con afecto y respeto a todas las personas, también a las que, precisamente por ser creyente, pudieran no tratarle bien a él: no puede responder a la intolerancia y a la incomprensión con la misma moneda. Tiene derecho a defender sus derechos legítimos –también su derecho a vivir de acuerdo con sus creencias religiosas-, pero no “dejar de lado” –no interesarse, descalificarlos, etc.- a los que pretendan dejarle de lado a él.

El creyente, además, tiene más facilidad para conocerse a sí mismo: su grandeza en cuanto persona, y sus posibles limitaciones e incluso miserias, también como persona. ¿Por qué?: porque conoce a Dios, y por eso puede saber mejor quién es él, criatura salida de sus manos. “Que te conozca Señor, y me conozca”, decía ya San Agustín. El no creyente, el agnóstico, al no tener claro el fundamento último de la vida humana y del mundo, tendrá también más dificultad para “conocerse” a sí mismo, para responder a las grandes preguntas: yo quien soy, de donde vengo, cuál es mi fin, para que existo… No son cuestiones menores, y por tanto la respuesta que demos influirá mucho en el enfoque de la vida diaria.

Las creencias religiosas –la fe cristiana en particular- sirven para estar más atento a otro de los mayores peligros que podemos tener: dejarnos llevar de la tendencia al orgullo y a la soberbia, que nos alejan de los demás y nos llevan a la envidia y a otros inconvenientes. El cristiano debe ser consciente de que todo lo bueno que posee lo ha recibido de Dios, y por tanto no tendría sentido atribuirse méritos que en último término no habrían sido posibles sin las cualidades humanas que Dios le ha dado, aunque haya procurado cultivarlas. De este modo es más fácil también no envanecerse ante los éxitos, como si fueran algo exclusivamente propio.

El creyente, y el cristiano en particular, debe ser siempre un hombre de paz. La violencia es opuesta a la fe. Recordemos el discurso del Papa en Ratisbona, donde insistió en que la violencia es opuesta a la razón, y como Dios es la suprema Razón, una Razón creadora, la violencia es algo que se opone directamente a Dios. No puede tener justificación, y menos apelando a Dios. Otra cosa es la legítima defensa ante un injusto agresor.

El cristiano –no obstante estas “ventajas”-  no se considera  “mejor” que los demás: él también tiene mucho que aprender y mejorar, porque no siempre se porta como debería esperarse de un creyente. Pero en este caso su mal comportamiento no se deberá a ser cristiano, sino más bien, precisamente a ser poco cristiano. Como tal, debe reconocer sus errores o sus faltas, y debe rectificar y comenzar de nuevo. También para esta necesidad de mejora continua es muy útil la fe.

No he agotado las “ventajas” de la fe, pero las recordadas pueden ayudar a ver mejor para que “sirve” ser creyente, y concretamente cristiano.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Al cielo de dos en dos




El Cardenal Arzobispo de Madrid presidió clausura de la fase diocesana de la causa de canonización del matrimonio formado por los siervos de Dios Paquita Domínguez Susín y Tomás Alvira Alvira, ambos fieles de la Prelatura del Opus Dei.

El cardenal Rouco recordó que “estamos ante un ejemplo de la vocación a la santidad que el concilio Vaticano II ha alimentado como llamada universal de todos los bautizados, camino que san Josemaría Escrivá iluminó y divulgó desde 1928”. Para el cardenal arzobispo de Madrid “este proceso de canonización confirma, como dice Benedicto XVI, que ser santo no supone hacer rarezas ni cosas espectaculares, o que estas personas sean inmaculadas. En cambio sí supone una lucha decidida por unirse a Dios en lo ordinario y vivir volcados en los demás”.

El cardenal mostró su alegría ante el hecho de que un número creciente de laicos esté en procesos de canonización, y destacó que “la Iglesia quiere proponer modelos de santidad entre personas que han vivido con plenitud su vocación matrimonial”.

Al acto han asistido ocho de los nueve hijos que tuvieron. Pilar Alvira, cuarta de los hijos del matrimonio, destaca de sus padres “su enorme capacidad de querer. El ambiente de nuestra casa era de enorme cariño porque ellos se desvivían por nosotros y nos enseñaron también a hacerlo así unos con otros”.

 De esta manera, concluye la fase diocesana del Proceso de Canonización que comenzó el 19 de febrero de 2009 cuando el cardenal de Madrid presidió la sesión de apertura de dicho proceso.

Más información aquí

María Isabel Alvira, hija del matrimonio nos habla de sus padres:


viernes, 21 de septiembre de 2012

La vocación de san Mateo

Caravaggio: La vocación de Mateo
Lo que a ti te maravilla a mí me parece razonable.
  —¿Que te ha ido a buscar Dios en el ejercicio de tu profesión?

Así buscó a los primeros: a Pedro, a Andrés, a Juan y a Santiago, junto a las redes: a Mateo, sentado en el banco de los recaudadores...

Y, ¡asómbrate!, a Pablo, en su afán de acabar con la semilla de los cristianos.

(San Josemaría, Camino, 799)

jueves, 20 de septiembre de 2012

Deja de preocuparte


-Deja ya de preocuparte, de angustiarte tanto… por el mañana. Para la inmensa mayoría el mañana… es el hoy. 

-Deja ya de preocuparte, de atormentarte… por tantas cosas secundarias que no necesitas ni son esenciales para tu vida. Evitarás muchas congojas. 

-Deja ya de preocuparte y de inquietarte… por nimiedades y por pequeñeces… que tu mente suele acrecentar, agigantar. 

-Deja ya de preocuparte y de apurarte… por todo aquello que no depende de ti ni está en tus manos ni bajo tu control. Eso sí, ten anclada tu voluntad en la del Padre: «El viento mueve la veleta… no la torre». ¡Tú, se torre! 

 -Deja ya de preocuparte y de torturarte por lo que han dicho o lo que dirán. Tú actúa rectamente… y sigue adelante. Desaparecerán muchos de tus problemas. 

 -Deja de preocuparte y sentir desazón… porque alguien se ha portado mal, tal vez te ha herido… y experimentas la humillación… Mira una imagen de Cristo crucificado… Te ayudará. 

 -Deja ya de preocuparte y de inquietarte… porque no has podido ser… ni has obtenido aquello que tanto deseabas. La felicidad estriba en: «Ser lo que ahora eres… y disfrutar de lo que ahora tienes». Como dice J. Anouilh: «Las preocupaciones acaban por comerse las unas a las otras… y al cabo de diez años… uno se da cuenta de que sigue viviendo». 

 Por José María Alimbau

jueves, 13 de septiembre de 2012

En Gracia

Herbert Arnould Olivier: Verano en el jardín.

Por los tejados del alma
mojados del sol y Gracia
me han nacido flores blancas.

Se acuesta el aire en mi altura
en lechos de flor y lluvia.
Se peina de luz mi angustia.

En cada cosa, su ansia:
su sol, su risa, su Gracia.
¡El toque que la hace exacta!.

¡Con el sol que ahora tiene
qué exacta está la hoja verde!
Y yo con mi sol... ¡qué alegre!

José María Pemán

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Benedicto XVI viaja al Líbano

Del 14 al 16 de septiembre, Benedicto XVI realizará un viaje apostólico al país de los cedros para entregar una exhortación apostólica en la que el santo padre no se presenta como un jefe político, sino religioso, que lleva su mensaje a una comunidad y que servirá con su ejemplo a los pueblos de esa región.
Se hace en Líbano por ser un lugar que reúne a muy diversas iglesias, y uno de los países más seguros: hoy ir a Siria o a Irak sería más arriesgado para el Papa”.

Madre de Dios de Harissa, Patrona del Líbano.

Probablemente, en la elección del Líbano habrá pesado también el hecho de ser, con Tierra Santa, el primer país en el que hubo cristianos, desde los años 30 de nuestra era; “con más o menos tribulaciones o persecución”. No en balde, pisar las calles que transitó Cristo ha de marcar también la diferencia… “sabemos que la Virgen y el Señor estuvieron por esta zona y es posible que, durante un paseo por Tiro, pases por las calles que ellos también anduvieron. Es bueno para darse cuenta de que nuestra fe no es algo… etéreo, sino que seguimos a una persona concreta. Y pensar que la puesta de sol que ves en la playa de Tiro es la misma que disfrutaría el Señor es bonito. También ayuda a imaginar a los apóstoles ver a los pescadores de esta zona hoy”.

El problema del Líbano (la antigua Fenicia, ocupada en el siglo XVI por el imperio otomano, protectorado francés hasta la Segunda Guerra Mundial, enclave privilegiado y deseado por todos debido a su estratégica ubicación), como de todo Oriente medio, no es sencillo, y responde a muchos factores; no tanto religiosos, afirma, como políticos y sociales. “Si ocurriese en Europa, donde compartimos, más o menos, una misma religión, no nos plantearíamos que esa fuese la causa del conflicto… son la falta de libertad, las dictaduras y las dificultades económicas las que provocan los problemas, y lo sería igual aunque todos fuesen ateos y no les importase nada la cuestión religiosa”.
(Testimonio de Ferrán Canet, sacerdote español residente en Líbano).

Para hacernos una idea de la situación en que han vivido estos años convulsos los libaneses, traigo este vídeo de Rita Youssif, joven católica de rito maronita. Siendo niña tuvo que huir de su pueblo a causa de la guerra. Es un claro ejemplo de que los tiempos difíciles, son también ocasión idónea para buscar y encontrar a Dios en las situaciones cotidianas.


domingo, 2 de septiembre de 2012

La dimensión terapéutica del sacramento de la Penitencia

La fuerza sanadora del perdón no es sólo una cuestión espiritual. A esta conclusión han llegado numerosos expertos en liturgia. Según sus conclusiones, "hay una dimensión terapéutica" en el sacramento de la penitencia que hunde sus raíces en el Antiguo y el Nuevo Testamento y que conecta directamente con el hombre de hoy. 

"Es una perspectiva interesante y en sintonía con la sensibilidad y la cultura de nuestro tiempo que ve en la salud integral del hombre un valor por defender" afirma en declaraciones al rotativo italiano "Avvenire" el arzobispo de Palermo, monseñor Paolo Romeo

"La salvación que el Señor nos ofrece no debe ser confundida con la salud psicosomática, pero, como enseña Jesús en el Evangelio, no la excluye, sino que la incluye" afirma el padre Pietro Solci. Responde a la cultura de nuestro tiempo, que busca recuperar la unidad de la persona, que ve la salud como realidad que implica todos los aspectos de la vida humana, y el pecado como enfermedad, como incapacidad de relacionarse con uno mismo, con las cosas, con los demás y con Dios".

Fuente: religionconfidencial.com