sábado, 18 de noviembre de 2017

Mujeres que rompieron barreras

Nota sobre conferencia dictada en la Diputación provincial de Almería por Inmaculada Alva, investigadora del Centro de Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer de la Universidad de Navarra, y lidera el Proyecto GENOVIFEM, dedicado a promover la visibilidad de la aportación femenina en todos los campos científicos mediante la investigación interdisciplinar y la docencia; la participación en redes de investigación y docencia nacionales y europeas, y el fomento de estudios en este campo, a través del Premio Ernestina de Champourcin.

La historiadora Inmaculada Alva

 Una campeona de slalon, una investigadora en la industrialización del vídrio óptico, dos empleadas domésticas, una licenciada en Ciencias Químicas, una poeta, varias trabajadoras sanitarias y maestras, filólogas, funcionarias de la administración pública…, estas son algunas de las actividades profesionales de las primeras mujeres que se incorporaron al Opus Dei en los años 40, y que irradiaron su mensaje por toda la geografía española y más de una decena de países de Europa y América en el breve periodo de 10 años.

 Según la historiadora Inmaculada Alva, que desarrolla su trabajo en relación a las primeras féminas que siguieron a Escrivá en los años 40 desde el Centro de Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer de la Universidad de Navarra, “fueron mujeres que rompieron barreras". No porque hicieran grandes cosas, en algunos casos sí, sino porque, al comprender la novedad del mensaje del Opus Dei, se lanzaron más allá de lo que una mujer de los años 40 se podía plantear”. De ahí el título de la conferencia que la investigadora pronunció el pasado día 16 en el Salón de Plenos de la Diputación de Almería, invitada por la Asociación Almedina, y a la que asistieron cerca de 200 personas. La ponente fue presentada por el Diputado de Bienestar social, Igualdad y Familia, y por la la presidenta de la entidad organizadora.



 Una editorial de mujeres para mujeres 

¿Cómo eran aquellas primeras mujeres que se embarcaron con radicalidad en vivir y proyectar un espíritu laical que rompía moldes en la Iglesia y en la sociedad? Según la ponente, fueron personas que se superaron a sí mismas, inspiradas en la inconmovible confianza del Fundador del Opus Dei en la capacidad de la mujer. Con ese respaldo, algunas de las primeras tuvieron la valentía de fundar una editorial, la Editorial Minerva, hecha por mujeres y para mujeres, con un ambicioso proyecto para promover la literatura femenina, en tiempos en los que, para empezar, en nuestro país el papel brillaba por su ausencia.
Otras crearon de una residencia universitaria en la capital de España, cuando el índice de mujeres en las universidades españolas se situaba por debajo del 14% del alumnado.

 El feminismo de Escrivá 

La ponente subrayó el feminismo visionario de Josemaría Escrivá, que ya en los años 30 presagiaba la futura presencia de hijas suyas en actividades como la cultura, la prensa, los espectáculos, la empresa, la arquitectura, la medicina, etc. “Y ello, en un momento histórico en que, derogadas las leyes promulgadas por la segunda República, se restableció el Código Civil de 1889, bajo el que la mujer quedaba bajo la tutela del padre o del marido, con un marcado carácter proteccionista, convirtiéndose en muchos sentidos en una eterna menor de edad”.

Escritos de Escrivá fechados en estos años, que Inmaculada Alva citó en su ponencia, evidencian una mentalidad a favor de la mujer en abierto contraste con las ideas dominantes de la época, para concluir que siempre otorgó a la mujer “un papel que iba más allá de la creación de un hogar, que debía impregnar las profesiones y ocupaciones de la vida civil, aportando lo específicamente femenino”.



 Trabajando en un mundo de hombres 

Inmaculada Alva trazó brevemente la trayectoria de dos de estas pioneras, “que destacaron en su área de saber y siempre trabajaron en un mundo de hombres”. Una de ellas, la murciana Piedad de la Cierva, comenzó la carrera de Químicas en 1928 y la terminó en el 32 con Premio Extraordinario. Y de Murcia a Dinamarca para trabajar en el Instituto de Física Teórica Niels Boehr, donde conoció hasta 5 Premios Nobel. Piedad fue pionera en los descubrimientos de la radiación artificial, de la industrialización del vidrio óptico o los aparatos de visión nocturna. En 1945 la lectura de un pequeño libro, Camino, respondió a sus inquietudes espirituales: “Me produjo una gran impresión. Vi que aquel trabajo, que me divertía y apasionaba tanto, podía hacerme santa”.

 Por su parte, Lourdes Díaz-Trechuelo, la primera Agregada del Opus Dei de Sevilla, fue Catedrática de Historia de América y cofundadora de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla. Según Inmaculada Alva fue precisamente “su amplitud de espíritu y fuerte vocación profesional lo que le llevó a conectar con el Opus Dei cuando lo encontró".

«Aquellas fueron mujeres que rompieron barreras. No porque hicieran grandes cosas, que en algunos casos sí, sino porque, al comprender la novedad del mensaje del Opus Dei, se lanzaron más allá de lo que una mujer de los años 40 se podía plantear».

domingo, 7 de mayo de 2017

Tras la historia de Montse Grases

El 26 de abril de 2016 el Papa Francisco declaraba a Montse Grases venerable”, un primer paso en su camino hacia los altares. Con base en datos, fotos y vídeos se están preparando materiales para explicar mejor quién fue Montse y por qué la vida de esta estudiante de 17 años puede ser un modelo para muchas personas.

martes, 13 de diciembre de 2016

Monseñor Javier Ecehevarría en el Cielo



(Traslado de los restos mortales de Monseñor Javier Echevaría desde el Campus bio-médico de Roma a Santa María de la Paz).

Fuente: www.opusdei.org

Mons. Javier Echevarría nació en Madrid el 14 de junio de 1932. Fue el menor de ocho hermanos. Hizo sus primeros estudios en San Sebastián, en el colegio de los padres marianistas, y continuó su formación en Madrid, en el colegio de los hermanos maristas. 

En 1948, conoció a algunos jóvenes del Opus Dei en una residencia de estudiantes. El 8 de
Josemaría Escrivá y Javier Echevarría en 1953
septiembre de ese mismo año, sintiéndose llamado por Dios a buscar la santidad en la vida ordinaria, pidió la admisión en el Opus Dei.
Comenzó los estudios de Derecho en la Universidad de Madrid y los continuó en Roma. Se doctoró en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás (1953), y en Derecho Civil por la Pontificia Universidad Lateranense (1955). 

Recibió la ordenación sacerdotal el 7 de agosto de 1955. Colaboró estrechamente con san Josemaría Escrivá de Balaguer, de quien fue secretario desde 1953 hasta su muerte, en 1975. 

En 1975, cuando Álvaro del Portillo sucedió a san Josemaría, Mons. Javier Echevarría fue nombrado secretario general del Opus Dei y, en 1982, vicario general. 

En 1994, tras el fallecimiento del beato Álvaro, fue elegido prelado del Opus Dei y, el 6 de enero de 1995, en la basílica de San Pedro, recibió de manos de san Juan Pablo II la ordenación episcopal. 

Desde el principio de su ministerio como prelado, tuvo como prioridades la evangelización en los campos de la familia, la juventud y la cultura. Promovió el inicio estable de las actividades formativas de la prelatura en 16 países, entre otros, Rusia, Kazajistán, Sudáfrica, Indonesia y Sri Lanka, y viajó a los cinco continentes para impulsar la labor evangelizadora de los fieles y cooperadores del Opus Dei. Alentó la puesta en marcha de numerosas iniciativas a favor de inmigrantes, enfermos y marginados. 

Seguía con especial atención varios centros de cuidados paliativos para enfermos terminales. En sus viajes de catequesis y en su ministerio pastoral, fueron temas recurrentes el amor a Jesucristo en la cruz, el amor fraterno, el servicio a los demás, la importancia de la gracia y de la palabra de Dios, la vida familiar y la unión con el Papa. Precisamente en su última carta pastoral, además de agradecer la audiencia que le había concedido Francisco el 7 de noviembre, pedía, como siempre, acompañar al Papa con oraciones por su persona e intenciones. 

Escribió numerosas cartas pastorales y varios libros de espiritualidad, como Itinerarios de vida cristiana, Para servir a la Iglesia, Getsemaní, Eucaristía y vida cristiana, Vivir la Santa Misa y Creo, creemos. Su última obra es una recopilación de meditaciones sobre las obras de misericordia que lleva por título Misericordia y vida cotidiana

Fue miembro de la Congregación para las Causas de los Santos y de la Signatura Apostólica. Participó en los sínodos de obispos de 2001, 2005 y 2012 y en los dedicados a América (1997) y Europa (1999). 

 Falleció en Roma el 12 de diciembre de 2016. 


viernes, 14 de octubre de 2016

Teresa, la de Ávila

Influencia de santa Teresa en el modo de escribir del fundador del Opus Dei, en varios puntos de Camino en los que cita a la santa de Ávila. 

Voluntad. —Energía. —Ejemplo. —Lo que hay que hacer, se hace... Sin vacilar... Sin
François Gérard.
miramientos... Sin esto, ni Cisneros hubiera sido Cisneros; ni Teresa de Ahumada, Santa Teresa...; ni Iñigo de Loyola, San Ignacio... ¡Dios y audacia! —"Regnare Christum volumus!" 
Camino, 11. 

Hombre libre, sujétate a voluntaria servidumbre para que Jesús no tenga que decir por ti aquello que cuentan que dijo por otros a la Madre Teresa: "Teresa, yo quise... Pero los hombres no han querido". Camino, 761 

Niño audaz, grita: ¡Qué amor el de Teresa! —¡Qué celo el de Xavier! —¡Qué varón más admirable San Pablo! —¡Ah, Jesús, pues yo... te quiero más que Pablo, Xavier y Teresa! 
Camino, 874.

No pidas a Jesús perdón tan sólo de tus culpas: no le ames con tu corazón solamente... Desagráviale por todas las ofensas que le han hecho, le hacen y le harán..., ámale con toda la fuerza de todos los corazones de todos los hombres que más le hayan querido. Sé audaz: dile que estás más loco por El que María Magdalena, más que Teresa y Teresita..., más chiflado que Agustín y Domingo y Francisco, más que Ignacio y Javier. 
Camino, 402.

De San José dice Santa Teresa, en el libro de su vida: "Quien no hallare Maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo por maestro, y no errará en el camino". —El consejo viene de alma experimentada. Síguelo
Camino, 561.

Una mala noche, en una mala posada. —Así dicen que definió esta vida terrena la Madre Teresa de Jesús. —¿No es verdad que es comparación certera? 
Camino, 703 

Despacio. —Mira qué dices, quién lo dice y a quién. —Porque ese hablar de prisa, sin lugar para la consideración, es ruido, golpeteo de latas. Y te diré con Santa Teresa, que no lo llamo oración, aunque mucho menees los labios. 
Camino, 85.

jueves, 6 de octubre de 2016

Dejar obrar a Dios

Artículo del cardenal Ratzinger, publicado en el diario L'Osservatore Romano el 6-X-2002, con ocasión de la canonización de Josemaría Escrivá.


Siempre me ha llamado la atención el sentido que Josemaría Escrivá daba al nombre Opus Dei; una interpretación que podríamos llamar biográfica y que permite entender al fundador en su fisonomía espiritual. Escrivá sabía que debía fundar algo, y a la vez estaba convencido de que ese algo no era obra suya: él no había inventado nada: sencillamente el Señor se había servido de él y, en consecuencia, aquello no era su obra, sino la Obra de Dios. Él era solamente un instrumento a través del cual Dios había actuado.

Al considerar esta actitud me vienen a la mente las palabras del Señor recogidas en el evangelio de San Juan 5,17: “Mi Padre obra siempre”. Son palabras pronunciadas por Jesús en el curso de una discusión con algunos especialistas de la religión que no querían reconocer que Dios puede trabajar en el día del sábado. Un debate todavía abierto y actual, en cierto modo, entre los hombres –también cristianos- de nuestro tiempo. Algunos piensan que Dios, después de la creación, se ha “retirado” y ya no muestra interés alguno por nuestros asuntos de cada día. Según este modo de pensar, Dios no podría intervenir en el tejido de nuestra vida cotidiana; sin embargo, las palabras de Jesucristo nos indican mas bien lo contrario. Un hombre abierto a la presencia de Dios se da cuenta de que Dios obra siempre y de que también actúa hoy; por eso debemos dejarle entrar y facilitarle que obre en nosotros. Es así como nacen las cosas que abren el futuro y renuevan la humanidad.

San Josemaría retratado por Leonardo Luque

Todo esto nos ayuda a comprender por qué Josemaría Escrivá no se consideraba “fundador” de nada, y por qué se veía solamente como un hombre que quiere cumplir una voluntad de Dios, secundar esa acción, la obra –en efecto- de Dios. En este sentido, constituye para mí un mensaje de gran importancia el teocentrismo de Escrivá de Balaguer: está en coherencia con las palabras de Jesús esa confianza en que Dios no se ha retirado del mundo, porque está actuando constantemente; y en que a nosotros nos corresponde solamente ponernos a su disposición, estar disponibles, siendo capaces de responder a su llamada. Es un mensaje que ayuda también a superar lo que puede considerarse como la gran tentación de nuestro tiempo: la pretensión de pensar que después del big bang, Dios se ha retirado de la historia. La acción de Dios no “se ha parado” en el momento del big bang, sino que continúa en el curso del tiempo, tanto en el mundo de la naturaleza como en el de los hombres.

El fundador de la Obra decía: yo no he inventado nada; es Otro quien lo ha hecho todo; yo he procurado estar disponible y servirle como instrumento. La palabra y toda la realidad que llamamos Opus Dei está profundamente ensamblada con la vida interior del Fundador, que aun procurando ser muy discreto en este punto, da a entender que permanecía en diálogo constante, en contacto real con Aquél que nos ha creado y obra por nosotros y con nosotros. De Moisés se dice en el libro del Éxodo (33,11) que Dios hablaba con él “cara a cara, como un amigo habla con un amigo”. Me parece que, si bien el velo de la discreción esconde algunas pequeñas señales, hay fundamento suficiente para poder aplicar muy bien a Josemaría Escrivá eso de “hablar como un amigo habla con un amigo”, que abre las puertas del mundo para que Dios pueda hacerse presente, obrar y transformar todo.


 
En esta perspectiva se comprende mejor qué significa santidad y vocación universal a la santidad. Conociendo un poco la historia de los santos, sabiendo que en los procesos de canonización se busca la virtud “heroica” podemos tener, casi inevitablemente, un concepto equivocado de la santidad porque tendemos a pensar: “esto no es para mí”; “yo no me siento capaz de practicar virtudes heroicas”; “es un ideal demasiado alto para mí”. En ese caso la santidad estaría reservada para algunos “grandes” de quienes vemos sus imágenes en los altares y que son muy diferentes a nosotros, normales pecadores. Esa sería una idea totalmente equivocada de la santidad, una concepción errónea que ha sido corregida – y esto me parece un punto central- precisamente por Josemaría Escrivá.

Virtud heroica no quiere decir que el santo sea una especie de “gimnasta” de la santidad, que realiza unos ejercicios inasequibles para las personas normales. Quiere decir, por el contrario, que en la vida de un hombre se revela la presencia de Dios, y queda más patente todo lo que el hombre no es capaz de hacer por sí mismo. Quizá, en el fondo, se trate de una cuestión terminológica, porque el adjetivo “heroico” ha sido con frecuencia mal interpretado. Virtud heroica no significa exactamente que uno hace cosas grandes por sí mismo, sino que en su vida aparecen realidades que no ha hecho él, porque él sólo ha estado disponible para dejar que Dios actuara. Con otras palabras, ser santo no es otra cosa que hablar con Dios como un amigo habla con el amigo. Esto es la santidad.

Paul Alexandre Alfred Leroy: Jesús en casa de Marta y María.

Ser santo no comporta ser superior a los demás; por el contrario, el santo puede ser muy débil, y contar con numerosos errores en su vida. La santidad es el contacto profundo con Dios: es hacerse amigo de Dios, dejar obrar al Otro, el Único que puede hacer realmente que este mundo sea bueno y feliz. Cuando Josemaría Escrivá habla de que todos los hombres estamos llamados a ser santos, me parece que en el fondo está refiriéndose a su personal experiencia, porque nunca hizo por sí mismo cosas increíbles, sino que se limitó a dejar obrar a Dios. Y por eso ha nacido una gran renovación, una fuerza de bien en el mundo, aunque permanezcan presentes todas las debilidades humanas.

Verdaderamente todos somos capaces, todos estamos llamados a abrirnos a esa amistad con Dios, a no soltarnos de sus manos, a no cansarnos de volver y retornar al Señor hablando con Él como se habla con un amigo sabiendo, con certeza, que el Señor es el verdadero amigo de todos, también de todos los que no son capaces de hacer por sí mismos cosas grandes.

Por todo esto he comprendido mejor la fisonomía del Opus Dei: la fuerte trabazón que existe entre una absoluta fidelidad a la gran tradición de la Iglesia, a su fe, con desarmante simplicidad, y la apertura incondicionada a todos los desafíos de este mundo, sea en el ámbito académico, en el del trabajo ordinario, en la economía, etc. Quien tiene esta vinculación con Dios, quien mantiene un coloquio ininterrumpido con Él, puede atreverse a responder a nuevos desafíos, y no tiene miedo; porque quien está en las manos de Dios, cae siempre en las manos de Dios. Es así como desaparece el miedo y nace la valentía de responder a los retos del mundo de hoy.

lunes, 18 de julio de 2016

Saber vestir

Vivimos tiempos convulsos. La crisis económica hunde sus raíces en una profunda crisis de valores. La dignidad de la persona es pisoteada, y muchas veces, sin quererlo, podemos contribuir a ello. No se concede importancia a los buenos modales que, sin caer en la cusilería, facilitan la vida a quienes nos rodean.

Saber hablar con propiedad, dirigirse a los mayores con respeto y delicadeza son cosas que se echan de menos. Y el modo en que vestimos no queda atrás. Nos hemos acostumbrado a que todo vale, sin distinguir que cada evento o situación requiere un mínimo de sentido común a la hora de presentarnos.

Dice el rafrán que "el hábito no hace al monje", y en muchas ocasiones es así. Pero también el modo en que nos presentamos ante los demás dice mucho de nosotros, de lo que llevamos dentro.

Hasta no hace mucho, eran las madres las que nos explicaban que no se viste una igual para ir a la playa que para un cóctel; para ir a clase o para salir con los amigos. Y por supuesto, que un acto religioso en una Iglesia requiere un atuendo adecuado y respetuoso. Por los demás, y porque el que preside ese acto es el mismo Dios.

Pero ese sentido común parece haberse perdido muchas veces en la actualidad, y nos encontramos cono casos como el que ahora podréis leer, en que un señor Obispo tiene que recordar y explicar lo que a muchas nos explicaron nuestras madres y abuelas y que nos parecía lo más normal del mundo:

(Fuente: ACI/EWTN Noticias)

El Obispo de Solsona y el más joven de España, Mons. Xavier Novell, pidió a los fieles, de manera especial a las mujeres, vestir con decoro al asistir a Misa ya que no es adecuado ir con "vestimenta extrema" a la Iglesia, que es un lugar sagrado. 

En una Misa en la que el Prelado celebró el sacramento de la Confirmación, tres de las muchachas que recibieron el Sacramento asistieron vestidas con minifalda, por lo que el Obispo, al término de la Eucaristía habló con ellas y les explicó sobre su inadecuada forma de vestir. 

En ese sentido, lamentó que, a diferencia de otros países, donde ya está estipulado que no se puede entrar a la iglesia "como si fuéramos a la playa o a cualquier otro lugar", en España "no nos atrevemos a decirlo porque si lo hacemos parece que salimos de las catacumbas de la época franquista, mientras que, si vestimos adecuadamente, todos estamos más cómodos". 
Ante ello, su propósito es "hacer entender con pedagogía y delicadeza" a las mujeres, la importancia de vestirse con pudor, sobre todo al asistir a una celebración eucarística. 

La Real Academia de la Lengua define la palabra pudor como modestia y recato, y como sinónimo de decoro, que, a su vez, significa la "reverencia que se debe a una persona por su nacimiento o dignidad". 

No es la primera vez que Mons. Novell advierte sobre el respeto y reverencia que se debe tener al asistir a la Iglesia. Es así que en varias ocasiones ha pedido a los fieles que "se tapen" cuando ha creído que no vestían de forma correcta. 
Mencionó el caso de otra confirmación "donde había tres chicas con escotes excesivos a quien pedí: escuchad, ¿por qué no os ponéis algún suéter ligero? Y, efectivamente, se le pusieron y ningún problema. La gente eso lo ve y hay fieles que lo agradecen", señaló. 

En Inglaterra una joven diseñadora católica, Helena Machin, que trabaja para importantes clientes en la ciudad de Londres, sigue los consejos del Obispo y promueve que las mujeres vistan femeninas y con decoro. "Quiero invertir algo de mi tiempo y amor (…) permitirles abrazar la femineidad con ropa decorosa y atractiva, ya que al hacerlo logran alcanzar todo el potencial que Dios les ha dado", explicó. 


sábado, 2 de julio de 2016

Buen humor

Fuente: www.primeroscristianos.com 

Oración de santo Tomás Moro pidiendo el buen humor 
y la gracia de comprender las bromas. 

"Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que Él quiere, por muy malo que nos parezca, es lo mejor" 

A muchos cristianos les cuesta rezar porque creen que se trata de repetir cansinamente una serie de fórmulas hechas. Sienten una separación entre lo que dicen y sus sentimientos y preocupaciones diarias. Les gustaría hablar con Dios de sus asuntos cotidianos, más sencillos, más simplemente, con sus palabras.
Les proponemos la oración de Santo Tomás Moro, un hombre que supo orar con sencillez, con realismo, con alegría e incluso con sentido del humor. 
Tomás Moro fue Lord canciller de Inglaterra, intelectual de fama europea, casado dos veces y padre de familia, era reconocida su fama de juez honrado y valiente, en defensa de los intereses de los más humildes. 
Por no aceptar el divorcio del rey Enrique VIII y su declaración como cabeza de la Iglesia fue ajusticiado el 7 de julio de 1535 en Londres. 
Suya es esta plegaria singular, una oración para pedir buen humor. El Papa Francisco hace unos meses nos reveló que todos los días reza la oración de Santo Tomás Moro, y que “le va bien”. Decía así el Papa

“El apóstol debe esforzarse por ser una persona educada, serena, entusiasta y alegre, que transmite alegría allá donde esté. Un corazón lleno de Dios es un corazón feliz que irradia y contagia la alegría a cuantos están a su alrededor: se le nota a simple vista. No perdamos, pues, ese espíritu alegre, lleno de humor, e incluso autoirónico, que nos hace personas afables, aun en situaciones difíciles. ¡Cuánto bien hace una buena dosis de humorismo! Nos hará bien recitar a menudo la oración de santo Tomás Moro: yo la rezo todos los días, me va bien”.

ORACION PIDIENDO EL BUEN HUMOR 

Señor, dame salud del cuerpo y, con ella, el sentido común necesario para conservarla lo mejor posible. 
Dame un alma santa, Señor, que mantenga ante mis ojos todo lo que es bueno y puro, para que a la vista del pecado no se turbe, sino que sepa encontrar los medios para poner orden en todas las cosas. 
Dame un alma ajena a la tristeza, que no conozca refunfuños, ni suspiros, ni lamentos. 
Y no permitas que esta cosa que se llama “yo”, y que siempre tiende a dilatarse, me preocupe demasiado. Dame, Señor, sentido del humor. 
Dame la gracia de comprender una broma, para lograr un poco de felicidad en esta vida y saber regalarla a los demás. Así sea.

John Rogers Herbert: Tomás Moro y su hija Margaret, 1844