jueves, 5 de septiembre de 2013

Pontífice y Padre


«Hola, Michele, soy el Papa Francisco», son las palabras que escuchó a primeros de agosto un hombre italiano llamado Michele, cuyo hermano, empresario propietario de algunos gasolineras, fue asesinado en junio. 
Michele -cuenta el diario Il Messaggero- le había escrito al Santo Padre para contarle su historia, y éste decidió llamarle. 

Una historia similar, ocurrida unos días más tarde, es la de Alejandra Pereyra, argentina de 44 años, víctima de abusos sexuales a manos de un policía. La mujer escribió al Papa Francisco, y su carta le conmovió. El Santo Padre le llamó por teléfono, y durante la conversación, de unos 30 minutos, le invitó a visitar el Vaticano para conocerla personalmente. «Estoy feliz. Es como que fui tocada por la mano de Dios», ha dicho Pereyra al Canal 10. «Me dijo que no estaba sola y que se iba a hacer justicia», añadió. 

Igual de incrédulo que los dos anteriores se quedó este mes de agosto el joven Stefano Cavizza, de 19 años, al recibir una llamada del Papa en respuesta a una carta. Francisco le pidió que le tuteara, ha contado al diario Il Gazzetino, del noroeste de Italia. 
«¿Crees que los apóstoles lo llamaban de usted a Jesús?», le dijo el Papa. «¿O lo llamarían excelencia? Eran todos amigos, como lo somos tu y yo, y a mis amigos les llamó de tú» 

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