domingo, 8 de febrero de 2015

Los siete domingos de san José

De la mano de san José iremos contemplando los dolores: aquellos momentos en los que tuvo que pasar las pruebas que el Señor le tenía preparadas, los momentos que se entregó de forma plena al querer de Dios, aun sin comprender del todo lo que tenía guardado para él. 

También iremos meditando los gozos de san José: la alegría y la felicidad de compartir su vida junto a su esposa, la Santísima Virgen y el Niño. El gozo de saberse en las manos de un Dios que le había escogido para tan gran tarea. 

Los cristianos siempre han visto en san José un ejemplo de entrega y de fe en Dios y podemos considerarlo maestro de oración. Fue él, después de la Virgen, quien más de cerca trató al Niño Dios, quien tuvo con él el trato más amable y sencillo.

Antífona (para todos los días): 

¡Oh feliz Varón, bienaventurado José! 
A quien le fue concedido no sólo ver y oir al Hijo de Dios, 
a quien muchos quisieron ver y no vieron , oir y no oyeron, 
sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo. 

V: Ruega por nosotros, bienaventurado San José. 
R: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas 
de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Rose Datoc Dall: José y Jesús.

PRIMER DOMINGO 

Oh castísimo esposo de María, glorioso San José: qué aflicción y angustia la de tu corazón en la perplejidad en que estabas, sin saber si debías abandonar o no a tu esposa sin mancilla. Pero cuál no fue también tu alegría, cuando el ángel reveló el gran misterio de la Encarnación.

Por ese dolor y gozo, te pido que consueles nuestro corazón ahora y en nuestros últimos dolores, con la alegría de una vida justa y de una santa muerte, semejante a la tuya, asistidos de Jesús y de María.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Desposorios de María y José

SEGUNDO DOMINGO 

Oh bienaventurado patriarca glorioso San José, escogido para ser padre adoptivo del Hijo de Dios hecho hombre: el dolor que sentiste, viendo nacer al Niño Jesús en tan gran pobreza, se cambió en alegría al oír el armonioso concierto de los ángeles, y al contemplar las maravillas de aquella noche tan resplandeciente.
Por este dolor y por este gozo, alcánzanos que después del camino de esta vida vayamos a escuchar las alabanzas de los ángeles, y a gozar de los resplandores de la gloria celestial. 
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 

Anton Raphael Mengs: El sueño de José.

TERCER DOMINGO 

Oh ejecutor obedientísimo de las leyes divinas, glorioso San José: la sangre preciosísima que el redentor derramó en su circuncisión te traspasó el corazón, pero el nombre de Jesús, que entonces se le impuso, te confortó, llenándote de alegría.

Por este dolor y por este gozo, alcánzanos vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

CUARTO DOMINGO 

Presentación de Jesús en el Templo
Oh santo fidelísimo san José, que tuviste parte en los misterios de nuestra redención; a pesar de que la profecía de Simeón acerca de los sufrimientos que debían pasar Jesús y María, te causó dolor, sin embargo, te llenó también de alegría, anunciándote al mismo tiempo la salvación y resurrección gloriosa, para la salvación de las almas.

Por ese dolor y por ese gozo, consíguenos estar entre los que por los méritos de Jesús y por la intercesión de la bienaventurada Virgen María han de resucitar gloriosamente. 
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.


QUINTO DOMINGO

Oh custodio vigilante, familiar íntimo del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San José: cuánto sufriste teniendo que alimentar y servir al Hijo del Altísimo, particularmente en vuestra huída a Egipto, pero cuán grande fue también tu alegría teniendo siempre contigo al mismo Dios, y viendo derribados los ídolos de Egipto.
Por este dolor y por este gozo, alcánzanos alejar para siempre de nosotros al demonio, sobre todo huyendo de las ocasiones peligrosas, y derribar de nuestro corazón todo ídolo de afecto terreno, para que, ocupados en servir a Jesús y María, vivamos tan sólo para ellos, y muramos gozosos en su amor. 
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Edwin Long: Huida a Egipto.

SEXTO DOMINGO

Oh ángel de la tierra, glorioso San José, que pudiste admirar al Rey de los Cielos, sometido a tu más mínimos mandatos; aunque la alegría al traerle de Egipto se turbó por temor de Arquelao, sin embargo, tranquilizado luego por el ángel viviste dichoso en Nazaret con Jesús y María
Por este dolor y por este gozo, alcánzanos la gracia de desterrar de nuestro corazón todo temor nocivo; de poseer la paz de la conciencia, de vivir seguros con Jesús y María, y de morir también asistidos de ellos. 
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 

Lucio Massari: Sagrada Familia, 1675.

SÉPTIMO DOMINGO 

Oh modelo de toda santidad, glorioso San José, que, habiendo perdido sin culpa vuestra al Niño Jesús, le buscaste durante tres días con profundo dolor, hasta que lleno de gozo le encontraste en el Templo, en medio de los doctores.
Por este dolor y gozo tesuplicamosque intercedas en nuestro favor, para que jamás perdamos a Jesús por algún pecado grave. Mas si por desgracia le perdiéramos, haz que le busquemos con tal dolor, que no nos deje reposar hasta encontrarle favorable, sobretodo en nuestra muerte, a fin de ir a gozarle en el cielo y cantar eternamente contigo sus divinas misericordias. 
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

José Risueño: San José y el Niño. Iglesia del Carmen de Antequera, (Málaga).
FINAL (para todos los días):

Acuérdate, oh purísimo Esposo de María, oh dulce protector mío, San José, que jamás se oyó decir que haya dejado de ser consolado uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu auxilio.
Con esta confianza vengo a tu presencia y me encomiendo a ti fervorosamente, oh padre nutricio del Redentor. No deseches mis súplicas, antes bien, escúchalas piadosamente. Amén. 

Oración: Oh Dios, que por providencia inefable te dignaste escoger al bienaventurado José para esposo de vuestra Santísima Madre: te suplicamos nos concedas la gracia de que, venerándole en la tierra como a nuestro protector, merezcamos tenerle por intercesor en el cielo. Amén. 

(Fuente: primeroscristianos.com)

2 comentarios:

  1. Gracias, lo rezaré. Es precioso.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Preciosas,lastima que no todas traen al autor y el año.
    Oremos todos.
    ¡¡Paz y bien!!

    ResponderEliminar